Si algún día te toca hacer una mudanza (¿o trasteo?) en un país latinoamericano distinto al tuyo, puede que te sorprendas cuando la gente no te entienda aun hablando el mismo idioma.
Cada país latinoamericano tiene sus modismos, acentos y expresiones. El idioma español ha evolucionado de distintas formas en estos cientos de años y, en algunos casos, incluso cambia su significado. Es decir, aun cuando tu lengua materna sea el español, es posible que te equivoques cuando viajes a un país hermano al usar alguna palabra, ya que esta puede tener otras connotaciones. Es divertido ver y comparar las diferencias.
Un ejemplo sobre este fenómeno es la expresión “trasteo”. Seguramente algunos se preguntarán… ¿Trasteo? ¿Cuántos países usarán esta expresión? En esta ocasión, solo uno: la hermosa Colombia. Y aunque en Colombia también se reservan y contratan mudanzas, mucha gente prefiere llamarlas con el sinónimo de trasteo. Un trasteo es, al igual que una mudanza, un servicio que puede incluir embalaje o que puede ser para trasladar cosas hacia otra ciudad. La única diferencia es que ningún otro hispanohablante entenderá su significado.
Historia y significado del trasteo
Si nos remitimos a un diccionario, este arroja resultados tales como, toreo, muletazo, desordenar, cambiar, manejar, entre otros. Resulta curioso, porque viendo estas palabras uno comienza a entender el origen de la expresión.
La etimología de la palabra trasteo proviene del verbo activo transitivo (trastear) y del sufijo “eo” que indica acción o resultado. Uno de los hallazgos más antiguos de esta expresión reside en la literatura y data de hace más de 120 años. Se encuentra la palabra “trasteo” como referencia de mudanzas en la gran novela colombiana “Frutos de mi tierra” por Tomás Carrasquilla.